Bailar para sanar: los beneficios de la danzaterapia en pacientes oncológicos

¿Qué es la danzaterapia para pacientes con cáncer?

Una de las actividades terapéuticas que ofrecemos en Oncomunidad es la danzaterapia. Aquí no danzamos con zapatillas de ballet: danzamos descalzas o como cada persona prefiera, desde la libertad y la autenticidad del cuerpo en movimiento.

El baile es una práctica que libera tensiones físicas y emocionales, conecta con la risa, a veces con el llanto, y sobre todo con una profunda presencia interior a través de la música.

La danzaterapia en pacientes con cáncer es mucho más que mover el cuerpo: es un espacio seguro para reconectarse con uno mismo, encontrar alivio al estrés y cultivar bienestar psicofísico durante el proceso oncológico.

Beneficios de la danza en el cáncer

Reducción del estrés y la ansiedad

Cuando practicamos danzaterapia, entramos en un espacio de expresión libre donde se activan partes del cerebro como el sistema límbico —responsable de la emoción— y el hemisferio derecho, vinculado a la creatividad y la intuición. Esta conexión cuerpo–mente facilita una pausa frente al estrés, la ansiedad y la sobrecarga mental tan presente en nuestra vida y en especial cuando atravesamos momentos adversos.

Vivimos gran parte del tiempo resolviendo problemas, planificando, arrepintiéndonos del pasado o preocupándonos por el futuro. Sin embargo, cuando bailamos de forma consciente, estamos aquí y ahora, entregados a la música y dejando que el cuerpo se exprese sin juicio ni expectativas, simplemente siendo.

Reconexión con el cuerpo

La danzaterapia tiene una función reparadora: reeducar la mente a través del movimiento. Se invierte así el proceso habitual de somatización. Cuando sentimos culpa, la espalda se arquea; cuando el corazón ha sufrido, el pecho se cierra; cuando el estrés domina, el cuello y los hombros se tensan.

Sin embargo, cuando ofrecemos al cuerpo un espacio de libertad, se produce una liberación somática que transforma también la mente y la percepción emocional. Este proceso permite recuperar la confianza y la aceptación del propio cuerpo, incluso en momentos de vulnerabilidad.

De hecho, un estudio clínico realizado por la Universidad de Barcelona con mujeres diagnosticadas con cáncer de mama evaluó los efectos de la danzaterapia durante 20 sesiones semanales. Las participantes que realizaron la intervención mostraron mejoras significativas en su bienestar, reduciendo la ansiedad, mejorando la relación con su cuerpo y la capacidad de sentirlo con mayor consciencia.

Según la neurocientífica Nazareth Castellanos, al bailar en grupo no solo se sincronizan los movimientos, sino también los corazones, creando un estado de conexión y bienestar compartido.

Estos resultados científicos respaldan lo que muchas personas sentimos de manera intuitiva: la danza es medicina para el alma.

Ven a vivir la danzaterapia en Oncomunidad

Tenemos un potencial innato hacia la salud, pero las experiencias de vida y el entorno pueden bloquear esa sabiduría corporal. Por eso hablamos de sanar desde dentro, de transformar la experiencia oncológica a través del movimiento, el autoconocimiento y el “para qué” de cada proceso vital.

La música y el cuerpo son herramientas ancestrales de sanación que nos ayudan a reconectar con la vitalidad, la serenidad y el sentido profundo de nuestra experiencia.

Si estás viviendo un proceso oncológico, o acompañas a alguien que lo está, te invitamos a descubrir los beneficios de la danzaterapia en Oncomunidad.

Vente a danzaterapia los jueves. Tu cuerpo, tu mente y tu alma te lo van a agradecer.

Este artículo ha contado con la valiosa colaboración de Paula Ferrer-Sama, facilitadora de danzaterapia

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