“Debemos aprender a conservar nuestras pequeñas alegrías, incluso en la adversidad. Sobre todo en la adversidad. En estas circunstancias es cuando son más conmovedoras, más magníficas, más indispensables”

“Diez mil flores en primavera, la luna en otoño, una brisa fresca en verano, nieve en invierno. Si no enturbian tu mente cosas innecesarias, esta es la mejor estación de tu vida”

Un día cualquiera

domingo, 22 de enero de 2023

Me acuerdo mucho de está canción de Antonio Vega últimamente pero la letra varía un poco.

Un día cualquiera te levantas y sin saber porqué todo se pone patas arriba. Aún no lo sabes pero ese será el último día de tu vida como era hasta entonces. Nos pasó hace cuatro años y nos ha vuelto a pasar, siempre en Navidades, siempre al terminar el año.

El día despues de reyes trás mi sesión de estiramientos me llegó un dolor muy fuerte que no soltaba. Se me agarrotó de diafragma para abajo y pedí a Javi que me llevara a urgencias. Allí me hiceron pruebas y pruebas y aunque se me iba pasando siguieron hasta que un escaner reveló algo que no teníamos ni idea de que estaba allí. Lo recuerdo como una pesadilla, mi subida al ginecologo de guardia, la espera, la ecografía y sus cuchicheos y yo pidiendo internamente por favor que no sea el ovario, que no sea el ovario.

Mi pesadilla se hizo realidad, tengo un tumor ovárico grande y con mala pinta, marcadores tumorales acorde y mi miedo mas grande se ha hecho realidad.

Dos semanas han pasado y todo tan intenso. La vida te da sorpresas pero a veces no reaccionas como esperas. Tras el susto inicial y todo el maremagnum de médicos, decisiones, me entró como una serenidad que no conocía. Fue una aceptación de que me había tocado así porque necesitaba aprender algo de una vez por todas. La ira que llevaba sintiendo años para mantener esa coraza en la que no cabía la vulnerabilidad se esfumó, la coraza se rompió y me sentí vulnerable pero amable a la vez. De repente empecé a comprender a Javi, a aceptar su sufrimiento con compasión y sin hastío. Me sentí capaz de llevar lo mío y acompañar lo suyo sabiendo que él sería también fuerte para sostenerme a mi.

Me volví más lenta, todo se hizo relativo, el trabajo, los planes, el controlarlo todo. Tan sólo quería vivir la vida más despacio sin esperar nada. Necesitaba tranquilizar mi mente y así fue. Empecé a meditar media hora con Javi por las mañanas y a observar mis pensamientos durante el día. Me era más fácil al haber bajado revoluciones.

Conseguía estar bastante tranquila, incluso contándolo a tanta gente como se lo he tenido que contar. Tan sólo me entra bajón a última hora de la tarde y noche, y empecé a tomar un ansiolítico para dormir. Me he ido rodeando de gente especial que necesito cerca: Chus, Belen, Sara, Raquel, Francis... mujeres sabias que me transmiten paz y sabiduría. Pero también de otra gente que me agrada, casi todos nuestros amigos son así. Mi hermana Silvia también está ahí para todo con esa mezcla suya de coraza y cinismo y humanidad que no logra esconder. Mi madre, que yo siempre tacho de 'toxica', pobrecita, la quiero muchísimo y es más fuerte de lo que parece, es una leona. Tengo tantas ganas de escribir cartas a toda la gente cercana desde mi nueva manera de ver todo.

He sentido mucha paz y serenidad estos días, contenta de haberme librado de esa ira que me hacía sufrir y sentirme culpable. Al final tapaba el miedo y ese miedo se ha ido.

Bueno, no del todo, no me he iluminado de repente, el miedo anda por ahí y de vez en cuando lo siento, bien sea en el cuerpo o en alguna frase que se cuela y aparece en mi pantalla mental. Por las noches anda más descontrolado, anoche se hizo un poco más fuerte y apareció el miedo al miedo, el peor de todo. Lo estoy viendo y espero seguir viendolo y que no me coma. Es mi gran motivación para llevar esto y curarme. Porque estoy convencida de que estó tiene un gran porqué y sobre todo un gran para qué, y cuando salga de esta seré otra persona.

Tic-Tac Tic-Tac... gira mi reloj

sábado, 15 de febrero de 2025

Desde que tengo cancer mi vida tiene un compás marcado, el de los TAC, y entre medias mis TIC, que son vivir el presente sin pensar mucho en lo que vendrá tras el próximo TAC.

Cada TAC ha sonado diferente pero todos iban "in crescendo" tocando melodías como 'Recaída", "Metástasis" y ahora el último hit "Ensayo clínico"...

Lo siento, me sale la ironía por no escribir directamente que estoy cagada de miedo.

Aunque siendo sincera, ahora mismo, en este preciso instante no siento miedo. El miercoles, cuando me llamaron de la paz para adelantarme la cita con el oncólogo, sentí mucho miedo. Una parte de mi intentaba convencerme de que no debía adelantar acontecimientos, que igual era la agenda, que igual era para darme una super buena noticia: "estas curada!!!", pero otra parte, no la agorera sino la lógica y realista sabía que no tenía nada de buena pinta. El jueves se confirmó: "el tratamiento no está funcionando, tus nódulos han crecido, se acabaron las opciones disponibles, sólo queda ir a algún ensayo clínico". Ojos de susto sobre la mascarilla, preguntas que parecieran inteligentes, agradecimientos, pero por dentro ganas infinitas de llorar, de derrumbarme, de dejarme caer. Tarde de pesar, lloros con mamá, con Cris, con Silvia, wasups a los otros familiares y a algún amigo más: todo el mundo contestaba "no tengo palabras, lo siento".

Pero tras la tarde llegó la noche, y conseguí dormir lo que no había dormido el día anterior, y llegó el viernes, con la rutina del cole y unas ecos que tenía pendientes (y que estuve a punto de no hacerme, total, para que...). Paseo con Sara, llantos y abrazos, compra como si fuera otro día normal, comida con Nira (ay Nira, tenemos que hablar aún contigo).

Pero como tentetieso que soy, aunque el meneo sea muy fuerte, como este, acabo por ir volviendo a mi centro, poco a poco, poco a poco. Y ahora, tras dos noches de dormir mejor, un precioso taller en mi nueva oncomunidad, un maravilloso paseo por mi querida Pedri, un par de meditaciones de mi inspiradora Silvia, me siento casi en calma.

Una parte de mi cultiva la esperanza: aún no está todo perdido, vamos a por ese ensayo clínico, si total, este último tratamiento no me iba a curar y me estaba jodiendo a achaques.

Otra se va preparando para soltar, para las despedidas, incluso para los arreglos logísticos. A esta no quiero darle bola pero se me cuela entre mis ratos de presente sin que pueda evitarlo. Antes me asustaba y me decía, "No Laura, que vas a crear tu propia realidad!!!", pero ahora le doy una palmadita amorosa y me sonrío, sólo intenta ayudarme, es la Laura que quiere controlar, que quiere certidumbre, aunque sea el saber que me iré pronto.

Yo se que mi banderita blanca está puesta en seguir viva, pero tengo que vigilar mis expectativas de resultados concretos: "quimio", "ensayo", "alimentación", "ejercicio físico", "meditación", "milagro?", y enfocarme en mi presente, en cada paso que toca, confiando en la Laura sabia que hay en mi, y que cada día va creciendo más.